Los medicamentos recetados pueden ayudar con problemas médicos cuando se usan según las indicaciones. Sin embargo, ya sea que se usen de manera correcta o se abuse de ellos, pueden tener efectos secundarios:
- El consumo de opioides como la oxicodona y la codeína puede causar somnolencia, malestar estomacal y estreñimiento. En dosis más altas, los opioides pueden dificultar la respiración normal, causar sobredosis y ocasionar la muerte.
- El consumo de estimulantes como Adderall o Ritalin puede hacerte sentir paranoico (sentirte como si alguien te fuera a hacer daño aunque esto no sea así). También puede hacer que la temperatura corporal se eleve a niveles peligrosamente altos y que el corazón lata demasiado rápido. Esto es especialmente probable si los estimulantes se toman en grandes dosis o en alguna forma que no sea tragando una píldora.
- El consumo de tranquilizantes como los barbitúricos puede causar dificultad para hablar, respiración superficial, somnolencia, desorientación y falta de coordinación. Las personas que abusan de los tranquilizantes con regularidad y de repente dejan de consumirlos pueden sufrir convulsiones. En dosis más altas, los tranquilizantes también pueden causar sobredosis y la muerte, especialmente cuando se combinan con alcohol.
Además, el abuso de medicamentos de venta libre que contienen DXM (generalmente medicamentos para la tos y el resfrío) también puede producir efectos muy peligrosos. Aquí encontrarás más información sobre el abuso de los medicamentos para la tos y el resfrío.
El abuso de cualquier tipo de droga que cause cambios en el estado de ánimo, la precepción y el comportamiento puede afectar el buen juicio y la disposición a tomar riesgos, lo que pone a la persona en mayor riesgo de contraer el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).